Aedo, Ahedo, Haedo
Dicen algunos autores que el primitivo tronco de este antiguo y noble linaje fue García de Aedo, uno de los esforzados guerreros que se agruparon en torno de Don Pelayo para resistir a los sarracenos; pero se tiene por más cierto que tal linaje desciende del Duque de Cantabria, Heduo, que fundó solar en el valle de Carranza, y que ese solar se llamó palacio de Heduo, vocablo que con el tiempo se convirtió en Aedo, Ahedo y Haedo.
En efecto, en el citado valle existió desde tiempos muy remotos el solar del linaje que nos ocupa. Está situado en el lugar de Aedo, del valle de Carranza y Encartaciones del Señorío de Vizcaya. Esa es la casa matriz del linaje. Miembros de ella fundaron después otra en el lugar de Caicedo, debajo de la Torre de Avellaneda, en la provincia de Álava, y de ambos antiguos solares salieron las ramas que tanto brillo tuvieron siempre en el Señorío de Vizcaya.
Del solar del lugar de Aedo, en el valle de Carranza, procedieron las ramas que crearon nuevas casas en Valmaseda y Carranza, en el barrio de Ocharán, en el Concejo de Zalla y en el barrio de Bollaín, de Carranza.
Del solar del lugar de Aedo, en el valle de Carranza, fue Pedro Pérez de Haedo, noble infanzón que, en 1168, reinando Don Alfonso VIII, aparecía como caballero de la Espuela Dorada. Era hijo de Lope Haedo, que en tiempos de Don Sancho II se distinguió en las guerras contra los moros.
Descendiente de éstos fue Rodrigo López de Haedo, noble vasallo del Rey Don Alfonso X, quien por su alto nacimiento le armó Caballero de la Espuela Dorada; distinción tan valiosa, que no sólo se concedía a los hijosdalgo, infanzones y títulos de Castilla y León, sino a los Condes y ricos-hombres del reino.
Sucedió a dicho Rodrigo López de Haedo, en tiempos de Don Enrique II, Gutierre de Aedo, a quien este Monarca honró y distinguió mucho.
De la misma familia procedió después Francisco de Salamanca y Haedo, Caballero de la Orden de Santiago, Señor de la casa sita en el lugar de Aedo, infanzonada y solariega, cuyos poseedores fueron, y deben ser, los patronos únicos del Colegio y Seminario de San Lorenzo, del mismo pueblo, fundado por Diego de Ahedo, Arzobispo de Palermo. Fundó igualmente un pingue Mayorazgo, que poseyeron los de su línea, de la que fueron ascendientes Julián de Haedo, padre de Miguel de Haedo, abuelo de Miguel de Haedo y Lombera y bisabuelo de Miguel Antonio Haedo, vecino que fue de la ciudad de Cádiz y de su comercio en la carrera de Indias.
Probaron también ser de esa misma casa Sebastián de la Cruz Haedo, Jurado de la Imperial ciudad de Toledo; Secretario de S.M. y del Secreto del Tribunal de la Inquisición; Luis de la Cruz Haedo, que sucedió al anterior en su último cargo; Félix Haedo, Caballero de la Orden de Santiago, del Consejo de S.M. y Secretaría de la embajada de Roma, siendo embajador el Duque de Uceda; Manuel de la Cruz Haedo, también Caballero de la Orden de Santiago y del Consejo de Hacienda; Luis Matienzo Haedo, del mismo hábito de Santiago y Secretario de Estado de S.M.; Felipe Matienzo Haedo, Caballero de la Orden de Alcántara y Secretario del Cardenal Moncada, Duque de Montalto, y Fernando de Haedo, que se distinguió en la Milicia.
Asimismo eran legítimos descendientes de la casa sita en el lugar de Aedo, Baltasar de Lombera Haedo, de las familias más ricas del Señorío, y Antonio de Haedo, que pasaron a radicar a la villa de Ampuero (Cantabria), gozando de todos los honores y privilegios de hidalguía.
Otras ramas que hicieron su asiento en la provincia de Cantabria, en tierras de Ramales y de Castro Urdiales, y en la provincia de Burgos, en los partidos de Salas de los Infantes, Briviesca y Villarcayo, así como las líneas de Castellón de la Plana y de Valencia, traían su tronco, como también las de Vizcaya y Alava, de la casa del lugar de Aedo, en el valle de Carranza, solar primitivo del linaje, según ya se ha dicho.
Clemente de Haedo y Espina, natural de Burgos, Teniente de Infantería e Ingeniero extraordinario de los Reales Ejércitos, probó su nobleza para ingresar en la Orden de Santiago, en 1767.
Nicolás de Haedo y de los Liamos Ibarra y de la Cruz, natural de Valmaseda, litigó su nobleza para ingresar en la Orden de Alcántara, en 1640. Era hijo de Juan Machón de Aedo y de Catalina de los Liamos y de la Cruz.
El Señor Conde de Montegil (Córdoba), fue Pariente Mayor del Señorío de Vizcaya y dueño de la casa de Ahedo en Carranza.
Ingresaron en la Orden de San Juan de Jerusalén: Luis Ahedo y Calderón, natural de Hita, en 1612; Pedro de Ahedo y Alba, en 1638, y Luis de Ahedo y Navarro, natural de Murcia, en 1656.
En la Real Chancillería de Valladolid litigaron por su hidalguía: Ana de Aedo, vecina de Villaicazar de Sirga (Palencia), juntamente con sus hermanos Diego, Juan Pablo, Pedro y Sebastián de Aedo, menores, bajo la tutela de su madre Cristina de Heredia, en 1588: Silvestre de Aedo Respaldiza Alcaya y Ugarte, natural de Amurrio y originario de Valmaseda, vecino de Villafranca de la Puente, en 13 de Octubre de 1785; Ignacio de Aedo Roa y Torre, natural de Buitrago (Madrid) y residente en Madrid, en 27 de Abril de 1729; Luis de Aedo Torre y Monroy, natural y vecino de Buitrago, por sí y como administrador de los bienes de su hijo Tomás de Aedo Alcarria y Torre, y de sus sobrinos Pedro y Francisco de Aedo y Roa, en 1729; Juan de Ahedo, vecino de Ausín de Quintanilla, en 1545; Juan Antonio de Ahedo, natural y originario de Ampuero (Cantabria) y vecino de Burgos, en 1727; Luis de Ahedo, vecino de San Pedro de Latarce (Valladolid), en 1556; Pedro de Ahedo, vecino de Rivatejada (Madrid), en 1533; Francisco Ahedo Pico, natural y originario de Ampuero, vecino de Madrid, en 1741, y Diego de Ahedo y Sarabia, vecino de Olías, en 1596.
Armas
Las primitivas del linaje y las de las dos casas troncales del lugar de Aedo, en el valle de Carranza, en Vizcaya, y del lugar de Caicedo, en Alava, eran las siguientes: En campo de oro, una encina de sinople, puesta sobre ondas de agua de azur y plata, y dos jabalíes de sable, afrontados y empinados al tronco.
Luego, los Aedo de lugar de Aedo sustituyeron los jabalíes, por dos lobos de sable pasantes al pie del tronco de la encina.
Y algunos descendientes de la casa de Ahedo, de Caicedo, tomaron después estas otras: En campo de plata, una encina de sinople y un lebrel blanco, parado al pie de la encina y atado con cadena de azur, mirando a lo alto del tronco. Sumada la copa del árbol de una sierpe o dragón de azur, con la cola retorcida y las alas abiertas.
Ambos blasones fueron más tarde unidos y así aparecen en el escudo de la casa torre del lugar de Aedo, en la fachada que mira al saliente. Su organización es la siguiente: Partido: 1º, en campo de oro, un árbol arrancado de sinople y dos lobos de sable andantes al pie del tronco, y 2º, en campo de oro, un árbol arrancado de sinople y un lebrel parado al pie del tronco y atado a él con una cadena, y sobre la cabeza del lebrel una flor de lis. En la copa del árbol un dragón o sierpe.
Ambos blasones fueron más tarde unidos y así aparecen en el escudo de la casa torre del lugar de Aedo, en la fachada que mira al saliente. Su organización es la siguiente: Partido: 1º, en campo de oro, un árbol arrancado de sinople y dos lobos de sable andantes al pie del tronco, y 2º, en campo de plata, un árbol arrancado de sinople y un lebrel parado al pie del tronco y atado a él con una cadena, y sobre la cabeza del lebrel una flor de lis. En la copa del árbol un dragón o sierpe.
Algunos descendientes de la casa de Ahedo, de Cahicedo, tomaron después estas otras: En campo de plata, una encina de sinople y un lebrel blanco, parado al pie de la encina y atado con cadena de azur a lo alto del tronco.
Estas armas, que también aparecen descritas en una ejecutoria de nobleza de los Aedo, fechada el 27 de Abril de 1775, fueron comunicadas a la rama de la villa de Valmaseda (algunos de cuyos miembros las acrecentaron con una bordura de gules, con tres calderas de oro), y a la casa de Carranza.
La familia apellidada Ibáñez de Aedo, de este último valle de Carranza, modificó los anteriores blasones, poniendo: En campo de plata, un roble de sinople, frutado de oro, acompañado, a la diestra, de un dragón volante en actitud de acometer, y a la siniestra de un perro bermejo en salto, mirando al dragón, más cinco panelas de gules debajo de éste.
El Capitán Cuadra Aedo, que tuvo casa en el lugar de Aedo, usó las mismas armas, con la diferencia de que el dragón no está volante a la diestra del árbol, sino encima de su copa. Así aparecen esculpidas en el edificio que fue su morada, año 1597.
Diego de Soto y Aguilar señala para la casa del valle de Carranza: En campo de oro, dos calderas de sable, barradas de plata.
Los descendientes del Caballero de Santiago Francisco Salamanca y Haedo, que procedía de la casa del lugar de Aedo, traen el escudo que este señor ostentaba por concesión especial, a saber: En campo de oro, un grifo rampante de azur.
Estas mismas armas tienen los Aedo de Ramales, en la provincia de Cantabria. Así lo afirma Juan Baños de Velasco.
Otras ramas de Aedo, entre ellas la que radicó en Laredo, traen las armas primitivas.
Otra rama, también cántabra, con casa en el lugar de Gibaja, trae: En campo de plata, un árbol de sinople. En la copa de éste, una sierpe de su color, y en el flanco siniestro, un perro bermejo mirando a la sierpe. Son iguales a las del Capitán Cuadra Aedo, pero sin las panelas.
El mismo blasón ostenta la familia montañesa apellidada Ruiz de Aedo.
Un caballero del solar del lugar de Aedo, que por enlace con una hembra de la casa de Velasco fue a parar al valle de Mena, adoptó por armas, según el testimonio de Miguel de Salazar y Juan de Mendoza, las siguientes: En sinople, una torre de oro, aclarada de gules.
En las Encartaciones hubo Aedo que usaron este escudo partido: 1º, en campo de azur, un árbol de su color y un lebrel de plata atado a su tronco, y 2º, en campo de oro, una cadena de sable de ocho eslabones y una flor de lis del mismo color en el cantón siniestro de la punta.
Otros de las Encartaciones hubo Aedo que usaron este escudo partido: 1º, en campo de azur, un árbol de su color y un lebrel de plata atado a su tronco, y 2º, en campo de oro, una cadena de sable de ocho eslabones y una flor de lis del mismo color en jefe.
Otros traen: En oro, una cruz llana, de gules, cargada de cinco panelas, de oro.
Otros: En campo de plata, un bastón, de gules.
Los de Valmaseda, y sus ramas en Bilbao y San Sebastián, según Vicente de Cadenas, traen: En campo de sinople, tres fajas, ondeadas, de azur y plata.
Los radicados en California (Estados Unidos) y Canadá, según Vicente de Cadenas: En campo de oro, sembrado de corazones, de gules.
Otros, según Juan Carlos de Guerra: En campo de azur, un grifo rampante de oro.
Los de las Encartaciones de Vizcaya, según Juan Baños de Velasco, y los de Vizcaya, según Miguel de Salazar, traen: En campo de oro, un árbol de sinople, y al pie de él un perro de sable, atado con traílla de azur.
Los de Valmaseda, según Jorge de Montemayor, traen: En campo de oro, un árbol de sinople, y dos perros andantes, manchados, y encima del árbol, una sierpe de su color.
Los del valle de Carranza, según Francisco Piferrer, traen: En campo de oro, un árbol terrasado y copado, con un lebrel atado al tronco, azorado por una serpiente, puesta en la copa del árbol, en ademan amenazador.
En los lugares de Ahedo, Manzaneda de la Sierra y San Esteban, todos pertenecientes al valle de Carranza, constan estas armas para los Ahedo: Un árbol arrancado, con dos lobos pasantes al pie del tronco, puestos en palo.
En la casa de Ahedo Gómez, del lugar de Bollaín, en el valle de Carranza, constan las siguientes armas para los Ahedo: Un árbol, con un lobo pasante y atado al mismo.
En Rasines (Cantabria) consta este otro escudo: Escudo partido: 1º, un árbol arrancado con dos lobos pasantes al tronco, y 2º, un perro o lobo atado a un árbol, y en jefe una sierpe. Al lado derecho del árbol una flor de lis, y al izquierdo un castillo.
Diego de Ahedo y Ochoa, Arzobispo de Palermo, usaba por armas: Escudo partido: 1º, un árbol con dos lobos pasantes, uno sobre el otro, y 2º, cortado: primero, una cruz de Calatrava, y segundo, un castillo (Armas de los apellidos Ahedo y Ochoa).
Otros Haedo: En campo de plata, dos panelas, de gules, puestas en palo y acompañadas en su diestra, de una torre, de su color.