Familias así apellidadas radicaron en Navarra y en la villa de Bilbao (Vizcaya).

Fueron Caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén: Martín Jiménez-Navarro y Alfaro, hermano del citado Pedro Jiménez-Navarro y Alfaro, natural de Arnedo, en 1664; José Jiménez Navarro y Alfaro, hermano del anterior, natural de Arnedo, en 1666; Antonio Jiménez-Navarro y Alfaro, natural de Arnedo, en 1754, y Pedro Jiménez-Navarro Hurtado, en 1783.

María Inés y María Magdalena Jiménez Navarro y Antillón, hermanas, naturales de Peralta (Navarra), del Convento de San Felices de Burgos, probaron su hidalguía y limpieza de sangre para ingresar como religiosas en la Orden de Calatrava en 1695. Eran hijas de Pedro Jiménez Navarro y Antillón y de Teresa de Jaso y Ceneche y nietas paternas de Pedro Jiménez Navarro y Antillón y de Ana de Vitas.

Los de Navarra: En campo de azur, dos lobos de oro (otros de su color), pasantes y puestos en palo, surmontados de una estrella de oro. Bordura cosida, de gules, con ocho sotueres de oro.

Estas armas usaban los Condes de Rodezno.

Los de Bilbao: En campo de oro, tres bandas de gules.