Dice Jerónimo de Villa que este apellido tuvo casa infanzona en un lugar llamado San Martín, de las Asturias de Santillana, y manifiesta que dicha casa procedía del solar del linaje Nava en las Asturias de Oviedo. Añade, en apoyo de esto, que un padre y un hijo del solar asturiano de Nava, se distinguieron tanto sirviendo a don Pelayo, que, al hijo, para diferenciarlo del padre, lo llamaron el "Navarejo", arrancando de aquí el apellido que tomaron sus descendientes, y que algunos de ellos convirtieron el "Navarijo".

A tiempos tan antiguos se remonta ese dato y tiene tan marcado sabor de falsedad, que no merece ser tenido en cuenta.

El mismo tratadista manifiesta que de esos Navarejo los hay en la villa de Anguiano, en La Rioja.

Refiriéndose a las armas de este apellido, dice textualmente  Jerónimo de Villa: "Traen las armas de los "Navas", que son trece roeles en campo de gules.

Aunque también trajo aquella casa un águila y una flor de lis con un león, y ahora los jaqueles, como afirma Antonio de Sotomayor,

y otros que también traen una cruz, que el dueño de la dicha casa acrecentó por hallarse en la de las Navas de Tolosa, poniendo la cruz de gules como la de Calatrava en campo de gules, y por orla los dichos trece roeles de oro en campo de gules".

Como algunas de esas armas no pertenecen ni a los "Nava", ni a los "Navas", nos quedamos sin saber cuáles son las que corresponden a los Navarejo, aun admitiendo que éstos dimanaran de aquellos.

Los de Castilla, según Vicente de Cadenas, usan: En campo de oro, y en él una cruz de gules floreteada como la de Calatrava. Orla de gules con trece roeles de oro.

Algunos Navarijo: En campo de sinople, un tejón, al natural.

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