Urrea

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En su historia de San Juan de La Peña dice Briz Martínez que los Urrea descienden del primer Rey de Navarra, García Ximénez, por los años 718.

Jerónimo de Aponte manifiesta que a fines del siglo XI, cuando la conquista de Huesca, floreció un caballero llamado Maximiliano de Urrea, marido de doña Toda Garcés de la Casa de Sobrarbe.

Hay autores como Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, que derivan la Casa de Urrea de la soberana de Baviera. Afirman que el dicho Maximiliano era hijo del Emperador germano y que, habiendo venido en peregrinación a Santiago de Compostela, se quedó al servicio del rey aragonés Pedro I, participó en la batalla de Alcoraz en 1094 (según la leyenda, en compañía del mismísimo San Jorge) y en la posterior reconquista de Huesca. Ya bajo el reinado de Alfonso I, el Batallador, participaría en la reconquista de Zaragoza en 1118 y en la posterior campaña de este mismo rey en la comarca del valle del Jalón, en 1120, tomando el apellido Urrea por haber ganado a los moros el lugar de ese nombre (probablemente la actual Urrea de Jalón) y fundando en esta zona un señorío cuyas huellas perduran en nuestros días reflejadas en la heráldica municipal de la zona.

Mossèn Jaime Febrer cita en sus Trovas: "Vino a la conquista Ximén de Urrea, ricohombre de Aragón, con gente de a caballo, y soldados de a pie. Dice ser descendiente antiguo de los duques de Baviera, según lo manifiesta su escudo con tres fajas azules, y otras tres de plata, insignia cierta de su grande casa. La historia refiere sus hechos y virtudes; y por ello le ofreció el Rey darle en premio a Alcalatén, que admitió gustoso, fundando un castillo para refrenar al moro".

Lo que está fuera de duda es la gran preponderancia alcanzada por los de este linaje en el reino de Aragón, en virtud de sus brillantes intervenciones en los momentos mas antiguos y notables de aquella monarquía. También son notorios sus enlaces con nobilísimas familias y los altos cargos que desempeñaron. Fueron señores de Épila, Boyo, Lucena, Salillas, Berbedel, Urrea, Jarque, Sestrica, Morés, Tierga, Mesones, Almonacid, Nigüella y Alcalatén, Marqueses de la Vilueña, Vizcondes de Rueda y Biota y Condes de Aranda, este último concedido por Fernando el Católico.

Probó su nobleza en las Ordenes de Santiago (1539) y San Juan de Jerusalén (1535) y en la Real Chancillería de Valladolid (1511 y 1581). Don Lope Ximénez de Urrea, Vizconde de Rueda, Señor de Almonacid, Epila, Trasmor, Mata, Castelviejo, Salinas y Casanueva, fue creado Conde de Aranda en 19 de Enero de 1508; Grandeza de España, en 1626, al V Conde, Antonio Ximénez de Urrea. La casa de Urrea acabó siendo incorporada a la de Abarca de Bolea, refundida mas tarde en la ducal de Híjar. Desde 1957 es XVII Condesa la Duquesa de Alba.    

En Soria hubo una familia de este apellido, con rama en Bilbao, a la que perteneció el Capitán Juan de Urrea y Briand, bautizado en Bilbao, que contrajo matrimonio con doña Francisca Teresa Guillaume, Señora de Morandais. Estos esposos pasaron a Chile, donde sus descendientes se apellidaron Morandais, y después Morandé. Sus armas parecen tener origen en la etimología vasca de URREA (urre = oro, urritz = avellano) y el apellido, en este caso, puede derivar del apellido Urrecha, vasco, procedente del Duranguesado (Vizcaya) y que también tiene como armas: En campo de oro, un avellano de sinople, terrasado de gules y acompañado de dos cabras de azur empinadas al tronco.


Armas

Escudo de armas

Escudo bandado de seis piezas, tres de azur y tres de plata.

Escudo de armas

Los Urrea, de la casa de Soria, traen: En campo de oro, un avellano, de sinople y un lobo, de sable, pasante, al pie del tronco.  

Escudo de armas

Otros Urrea, traen: En campo de plata, un castillo, de azur, con rastrillo echado, de sable.

Escudo de armas

Otros Urrea, traen: En campo de gules, un guerrero, de plata, alcanzando a un jabalí, de sable. 

Escudo de armas

Otros Urrea, traen: En campo de oro, un ramo de olivo, de sinople.

Escudo de armas

Otros Urrea, traen: Un puerco montés y un sabueso (desconocemos los esmaltes).