Valdivia, Baldivia
Afírmase que el linaje de Valdivia arranca su origen en el Reino de León, y procede del Valle de Ibia (interpretado por Val de Ibia, Valle de Ibia y finalmente en Valdivia), en las proximidades de Aguilar de Campóo (Palencia). El primer Señor de su Casa fue Alonso Ruiz de Valdivia, durante el reinado de Alfonso XI de Castilla (1312-1350), y casó con Leonor de Guzmán, quien pertenecía a la rama en este linaje que disfrutaba el señorío de Toral. El calatravo Pedro Ruiz de Valdivia y González de Guzmán, su nieto, es el primero que se desplaza de la primitiva solariega cuna, y en el Reino de Jaén alza su nuevo hogar, enlazándose con una dama de abolengo de Porcuna (donde tuvieron casa fuerte los de este linaje), llamada Mencía Ramírez de Aguilere. De la citada casa de Jaén procedieron igualmente los esforzados caballeros que concurrieron a la conquista de Andalucía, estableciéndose sus ramas posteriores en Granada, Ubeda, Baeza y Andújar.
Luego, los primeros Valdivias andaluces son los vástagos de esta unión, y de ellos desciende una progenie numerosa que extiende sus líneas a Castuera, Campanario y a otros lugares de Extremadura y Andalucía, así como a Chile.
Parece que los investigadores contemporáneos se inclinan a coincidir que fue en Castuera (Badajoz) donde nació el audaz e intrépido conquistador Pedro de Valdivia (compañero del célebre Pizarro en la conquista del Perú), Capitán General de Chile, esposo de Marina Ortiz de Gaete, y fundador de las ciudades de Valdivia, la Concepción, Santiago y otras.
Hubo otros Valdivias profusamente extendidos en nuestra Península, como es el caso de la Merindad de Trasmiera y Colindres, en Cantabria; Encartaciones del Señorío de Vizcaya y Navarra.
Notorio es por demás que el Rey Don Alfonso tuvo un hijo con Leonor de Guzmán y Valdivia, señora de este linaje y del no menos famoso de Guzmán, cuyo hijo fue Don Enrique, Conde de Trastámara, y después soberano de Castilla, con el título de Enrique II.
También fue célebre en el linaje de Valdivia, un valeroso mancebo nombrado Alonso de Guzmán y Valdivia, señor del estado de Valdivia, el cual llevó a cabo una temeraria empresa. Merodeaba por el señorío y otros lugares comarcanos una serpiente, que tenía alarmado el territorio. Muchos hombres de armas habían intentado darle muerte, pero habían sucumbido víctimas de aquel reptil, por lo que el señor de Valdivia se propuso acabar con él, librando así de la devastación aquel territorio.
En memoria de esta hazaña, el Rey le permitió que pusiera en su escudo dos serpientes o dragones afianzadas a los extremos de un tronco de roble, como hoy se ven en las armas de esta casa.
Gómez de Valdivia y Cárdenas Valdivia y Baltonado, natural de Granada, probó su nobleza en la Orden de Alcántara, en 1633.
Leonardo Francisco Valdivia y de Cobaleda Nigüesa, natural de Andújar (Jaén), probó su nobleza para ingresar en la Orden de Santiago, en 1632.
Probaron su nobleza para ingresar en la Orden de Calatrava, en los años que se indican: Leonardo de Valdivia, vecino de Granada, en 1542; Leonardo de Valdivia y Alcocer Valdivia y Valdivia, natural de Granada, en 1638, y Gómez de Valdivia y Cárdenas Nicueso y Cárdenas, natural de Andújar (Jaén), en 1698.
Para ejercer cargos del Santo Oficio de la Inquisición probaron su nobleza: José Valdivia y Segovia, Marqués de Altamira, natural de Cádiz, Oficial, en la Corte, en 1816, y su mujer María de la Paz Rodríguez de Albuerne y Girón, natural de Madrid; Pedro Valdivia y Ortigosa, natural de Hinojosa, Oficial, en Córdoba, en 1658, y su mujer María de Valverde Michel, natural de Cáceres; Nicolás de Valdivia y de las Roelas, natural de Tepeaca, en 1646, y Gonzalo de Valdivia, vecino de Porcuna, en Toledo, en 1574.
Armas
Las primitivas armas de este linaje son: En campo de oro, un palo o viga de sinople, puesta en faja y sostenida por sus extremos por dos sierpes del mismo color, afrontadas y enroscadas.
Este blasón aparece con algunas variantes establecidas para determinar algunas ramas del mismo tronco, como sucede con la procedente de Navarra, que usó en plata los dragones o sierpes de sinople y el palo o viga de oro con perfiles de sable, según lo señalan Miguel de Salazar, Juan Félix de Rújula, Antonio de Rújula y Busel, etc.
Los de Extremadura, según J.-B. Rietstap, agregaron al anterior escudo, en jefe, tres estrellas de gules, puestas en faja.
Los Marqueses de Villa Alegre al escudo de plata con las sierpes y el palo de oro, pusieron en la parte superior un menguante de plata en azur, bordadura de sinople con ocho estrellas de plata, como consta en los Minutarios de dicho Antonio de Rújula.
El Rey de Armas Diego de Barreiro, en su libro de "Linajes del Conde don Pedro", folio 128, agrega una bordura de azur con las quinas de Portugal, por enlace con una noble casa de aquel Reino.
Por su primitivo enlace con la gran casa de Guzmán, lo cuartelaron en plata con tres calderas de sable y el lema "La muerte menos temida da más vida", cometiendo algunos modernos el error de unirle al de Ruiz, por el patronímico que procedió al del linaje en muchas generaciones.
Estas armas constan en la Real Carta de ejecutoria de nobleza litigada por Diego Ruiz de Valdivia y Guzmán ante la Real Chancillería de Granada en 1518.
Como queda ya indicado, entre las esclarecidas alianzas de la casa de Valdivia se cuenta la casa de Guzmán, por lo cual muchos caballeros del apellido Valdivia, principalmente los que descienden de la casa de Granada, usan sus armas acrecentadas así: Escudo partido: 1º, en oro, dos sierpes con el tronco de sable; en el jefe tres estrellas de gules, por Valdivia, y 2º, en plata, tres calderas de sable, por Guzmán. Y por divisa: "La muerte menos temida da más vida".
Según J.-B. Rietstap los de Granada usan el anterior escudo poniendo la leyenda en bordura de gules con las letras de oro, y señala que las calderas están mal ordenadas.
En el expediente de pruebas de nobleza para ingresar en la Orden de Alcántara, año 1796, de Bartolomé de Donoso Gallego Valdivia y Donoso Cáceres, Capitán del Regimiento Provincia de Trujillo, natural de Campanario (Badajoz), constan las armas de Valdivia, que son: Dos cuarteles, en el primero, un castillo y dos llaves, una a cada lado, en campo azul, y en el segundo, un león rampante y flores de lis debajo en campo de plata y tres panecitos a cada lado azules.
En otro expediente de la Orden de Alcántara del caballero Mariano Desmaissieres Fernández de Santillán Flores y Valdivia, natural de Sevilla, año 1853, constan las siguientes armas: Escudo cuartelado: 1º y 4º, doce cabezas de moro, y 2º y 3º, un castillo de dos torres.
José de Arévalo, en su "Recopilación de escudos", da uno especial en pila, en la parte superior: en sinople, una sierpe de plata de dos cabezas y coronada de oro, a la derecha, en gules, un castillo de oro de tres almenas y encima de cada una, una hoja de higuera de sinople y en el cuartel izquierdo en plata tres calderos de sable. Lema en cinta roja con letras de oro "Por la gracia de Dios" y alrededor del escudo en forma de orla dieciséis moros presos por los cuellos con una cadena de hierro que los coge a todos.
El Cronista José de Arévalo añade al primitivo escudo una bordura de azur con indios encadenados por el cuello.
Este mismo escudo consta en la ejecutoria de hidalguía realizada ante la Real Chancillería de Granada de Pedro de Valdivia, vecino de Campanario (Badajoz), año 1592.
En el expediente de ingreso del Caballero de Alcántara, Gómez de Valdivia y Cárdenas, natural de Granada, año 1633, constan las siguientes armas para los Valdivia: Escudo cuartelado: 1º y 4º, en campo de oro, dos sierpes de azur, y 2º y 3º, en campo de azur, cinco estrellas de oro y una luna de plata.
Otros: En campo de gules, una torre, de oro, donjonada y mazonada, de sable.
Otros: En campo de oro, cinco escudetes, de sinople, con cinco lises, de oro cada uno, puestas en aspa.
Otros: En campo de oro, tres cabezas de moro, con turbante de sinople, goteando sangre, puestas en faja y acompañadas en jefe y en punta, de dos alfanges de plata, goteando sangre.
Los Ruiz de Valdivia usan por armas: Escudo partido: 1º, en campo de plata, una encina de sinople, frutada de oro, y un león de púrpura, empinado al tronco, y bordura de azur, con ocho aspas de oro, y 2º, en campo de oro, dos sierpes de sinople, con las bocas ensangrentadas, afrontadas y con las colas entrelazadas, y de boca a boca, un tronco de roble, nudoso; en jefe, tres estrellas de gules. Lema: "La muerte menos temida da más vida".