Mesta

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El Honrado Concejo de la Mesta, poderosa organización de ganaderos de ovejas trashumantes, protegía los rebaños en los territorios de la Corona de Castilla haciendo respetar los privilegios que favorecían a los ganaderos. El rey Alfonso X, en 1273, otorgó dos privilegios al Concejo de la Mesta. El rey nombraba al presidente de la Mesta, que era el miembro más antiguo de Consejo Real. Cuatro cuadrillas reagrupaban a los ganaderos según cuatro regiones: Soria, Cuenca, Segovia y León. La Mesta engloba todo un conjunto de mestas locales, es decir, asociaciones de pastores. La Mesa recibió siempre el apoyo y la protección de los monarcas, hasta su desaparición en 1836. Era una fuente apreciable de ingresos para la Corona. En el siglo XVI la monarquía garantizaba a los grandes propietarios de ganado trashumante -especialmente los nobles y los monasterios- la libertad de paso, los grandes caminos de la trashumancia, los pastizales, prohibiendo cerramientos y violencias locales. Los alcaldes entregadores eran los encargados de hacer respetar esos privilegios reunidos en los Cuadernos de Mesta; los alcaldes de puertos percibían el impuesto llamado servicio y montazgo, un derecho de peaje.
 
Fuente: “Diccionario Histórico de la España del Siglo de Oro”, de Annie Molinié-Bertrand. Acento Editorial